Las miniaturas musicales y ejercicios teóricos del presente libro, corresponden a una posibilidad de las diversas existentes, que permiten darles un cierre posible, término o reposo. Fueron escritos para abordar expresivamente, aspectos propios de la educación auditiva y su escritura. Su condición inestable, en gerundio, permite considerarlos ajenos a una cristalización, a una petrificación. El estudiantado puede buscar otros desenlaces que les resulten más interesantes, más cortos o más largos, inesperados, ¡inauditos! que los que proporcionados en el libro. De este modo, logrará por añadidura, el aprendizaje de los contenidos teóricos que los originaron.
Si bien, el fin de los mismos, se encuentra en el aprendizaje de específicos contenidos revelados en su título o subtítulo, ya sea referente a la ordenación de los sonidos y silencios en torno a su duración, altura, dinámica u otros aspectos, se espera que esta apropiación, permita el logro de algo aún más importante… que el(la) estudiante tome conciencia que es posible generar otros, de su propia autoría; que se encuentre ante el abismo de la creación, como cuando un ave, en la orilla de un acantilado, justo antes de emprender su primer vuelo, en éxtasis observa el inmenso valle que se extiende a su pies y que ahora, podrá visitar y disfrutar.
La principios y fundamentos formativos de la educación auditiva y su escritura, se encuentran en lograr distinguir los contenidos, aislarlos. Repetirlos las veces que sean necesarias hasta familiarizarse con ellos mediante su ejecución, entonación, percusión, escritura, transporte, aumentación, retrogradación, inversión, reconocimiento en medio de otros timbres, etc. en el fondo, manipularlos, jugar con ellos observando cómo adquieren diferentes aspectos y funciones dentro de un discurso sonoro.
Una vez identificados, prosigue una invitación a jugar, a deleitarse con la improvisación y su escritura. El aprendizaje surge como consecuencia de estas acciones. Es importante considerar que no basta con el talento para generar a un(a) músico(a): es necesario premunirle de herramientas técnicas que le permitan expresarse. Es necesario el estudio sistemático y consciente de lo que se aprende, de tal modo que esta apropiación, llegue a formar parte de la identidad de quien estudia, una identidad cada vez más rica, gracias a lo que revela la posibilidad de expresarse a través de los fenómenos musicales… experiencia que puede llegar a ser transcendental en términos de la existencia humana.
El complejo ordenamiento de contenidos en el proceso de enseñanza aprendizaje de la teoría musical.
En vez de atiborrar de palabras para describir contenidos, el libro los exhibe en un contexto expresivo musical, intentando demostrar que estos fenómenos se dan, existen en otra realidad, en otro lugar… en el mundo de los sonidos, no en el de la escritura. La escritura es un medio para alcanzarlos; un recurso para lograr, a modo de “mapas” o “planos arquitectónicos” el acceso a los fenómenos musicales, a través de partituras que intentan remitirlos, sin reemplazarlos. Las partituras son de algún modo, vestigios, reliquias que permiten esta aproximación. Por ello, es importante adquirir con solvencia la forma de interpretar con la mayor precisión posible, aquello que representan los signos convencionales de la escritura de los fenómenos musicales y a su vez, adquirir con la misma prestancia, las competencias para discernir y ejecutar con la voz o con instrumentos musicales, intervalos, escalas, modos eclesiásticos, y a su vez, emplearlos en términos de un discurso sonoro.
Con el propósito de avanzar en los aprendizajes, en forma paralela, en las diversas dimensiones que conforman los sonidos y sus silencios, los contenidos se presentan descontinuados. Así, los intervalos, por ejemplo, si bien se inician desde el primer ejercicio, (es imposible no hacerlo) su reconocimiento y ejecución se produce al ser presentados cuando se han abordado los términos reúnen las condiciones para entenderlos, aislados en una tabla. Luego, se aplican dentro de un contexto sonoro donde adquieren relevancia, enriquecidos con contenidos rítmicos que a su vez y por la misma razón, también se presentan descontinuados y finalmente, se propone que el estudiantado genere otros caminos, propios de su forma de expresarse.
Los fenómenos musicales abarcan simultáneamente tres variables complementarias. Tal y como se dan en las partituras, la Duración, se representa en un eje horizontal que se desplaza de izquierda a derecha. Los conceptos derivados de la Altura, se representan en forma vertical, donde los sonidos agudos se presentan en la parte superior y los graves en la inferior y fenómenos más complejos, por su transversalidad, se pueden observar en términos gráficos, en forma oblicua (dinámica, timbre, etc.)